“VALE LA PENA SER ODD FELLOW”

El mundo necesita a los ODD, para que sean la sal de la tierra, para que demuestren, con hechos, que la convivencia humana, perfecta y justa se logra con el cultivo de una amistad odd, porque de la amistad excepcional es donde nace el amor fraternal, y cuando el amor fraternal anida en el hombre, este sin dejar de ser imperfecto se acerca a Dios, y su influencia mejora a sus semejantes; porque la lección de humanidad nos dice, que cuando el hombre la aprende, la asimila y la utiliza, deja de ser egoísta y considera que su semejante es su hermano. Es entonces que cobra vigencia real la norma suprema: No hacer a otro lo que no queremos que otros nos hagan.

Son tantas las ventajas, las dulzuras, las bendiciones, las maravillas de la Orden ODD, que pese a los sacrificios que se nos pida, pese a las molestias que nos pueda causar su militancia, pese a las humanas ingratitudes, pese a los desengaños que en la vida se experimentan, pese a las frustraciones que el camino presenta, pese a los obstáculos para vivir odd, es tanto lo que se mejora el carácter, es tanto lo que se alcanza de paz interior y placidez mental, que no hay duda alguna que puede decirse como la más probada realidad “QUE VALE LA PENA SER ODD FELLOW”.

(Palabras del Hno. David Mestre del Rio, del Folleto “Vale la Pena ser Odd Fellows”, que viera la luz en noviembre de 1947 y reeditado 70 años después por la Comisión de Relaciones Públicas de la G.L.C. y la Oficina del Historiador de la Orden).